La iglesia de San Manuel y San Benito. Una joya neobizantina frente al Retiro

 

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La Iglesia de San Manuel y San Benito se encuentra en la madrileña calle de Alcalá, justo enfrente del histórico parque del Retiro, en el mismo lugar donde estuvo la antigua Plaza de Toros de la Puerta de Alcalá hasta 1874.

Un poco de historia

1854

La historia de este centenario templo madrileño, que lleva ejerciendo sus funciones pastorales desde el día 1 de enero de 1911, tras ser consagrada el 31 de diciembre de 1910 por el entonces obispo de Salamanca, el Agustino Fray Francisco Valdés, se remonta a comienzos del siglo XX. 

En 1902 la Ilma. Sra. Dª. Benita Maurici, viuda de D. Manuel Caviggioli, se comprometía con los Agustinos de la Provincia de Filipinas a construir una Iglesia, que debería servir de panteón para su difunto marido y ella misma tras su fallecimiento, así como un convento cuya planta baja se dedicaría escuela para jóvenes obreros, con el fin de facilitar su promoción cultural y social, a cuyo frente se encontraría la Fundación Caviggioli.

A cambio, deberían recordarlos en sus plegarias celebrando misas y honras fúnebres mensuales y en algunas fechas concretas. La primera piedra fue colocada y bendecida el 4 de mayo de 1903 y la donación se formalizó mediante escritura pública el 18 de marzo de 1904, año en el que falleció Dª. Benita, que al igual que su marido no pudo ver finalizada la obra. Los requisitos para acudir a la Escuela eran sencillos: los alumnos debían tener entre 14 y 30 años, y saber leer y escribir.

Calle Alcalá

Podían escoger las asignaturas a cursar, que además de Religión y Moral, eran Geografía, Historia, Contabilidad, Dibujo, Escritura, Francés, Inglés… Estuvo en funcionamiento hasta el comienzo de la guerra en 1936, cuando tras ser expulsados los Agustinos, no sin antes haber sido asesinados algunos de ellos, el complejo religioso fue cerrado al culto y destinado a salón de baile, almacén, economato, biblioteca pública, sede del Comité Ejecutivo del Partido Comunista o residencia de milicianos afiliados al Partido.

Terminada la guerra los Agustinos regresaron a la que fuera su casa, comenzando la rehabilitación del edificio. Sin embargo, la biblioteca, la sillería del coro dotada con veintisiete sitiales tallados en nogal macizo y adornados con oro, los confesonarios y la mayor parte del mobiliario del templo, los objetos destinados al culto, las vestiduras litúrgicas y la magnífica custodia donada por la fundadora se habían perdido para siempre, victimas del fanatismo y la sinrazón y el ansia de venganza de unos pocos. La actividad docente, nunca se reanudó, estando en la actualidad esa zona ocupada por la sacristía, despachos parroquiales y aulas para actividades culturales y seminarios.

Cabe mencionar qué a San Manuel y San Benito, antes y después de la Guerra Civil, acudieron personajes de la vida madrileña como de Pedro Muñoz Seca, Carlos Arniches, Antonio Maura, Gregorio Marañón, Juan Vázquez de Mella, Víctor Pradera, Concha Espina, Víctor de la Serna o Jacinto Benavente, entro otros muchos personajes ilustres

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Convertida en Parroquia en 1965, en abril de 2006 comenzaron las obras de restauración más importantes realizadas en San Manuel y San Benito, que concluyeron en octubre de 2007. Costaron más de 1.000.000 € a cargo de la Comunidad de Madrid a través de sus consejerías de Cultura y Vivienda.

El Templo

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La iglesia de San Manuel y San Benito, es el único edificio español proyectado y construido íntegramente en estilo neobizantino, siendo obra del arquitecto D. Fernando de Arbós y Tremanti, autor igualmente del Panteón de Hombres Ilustres.

El irregular solar sobre el que se levanta, situado entre las actuales calles de Alcalá, Lagasca y Columela, era a principios del siglo XX uno de los pocos que quedaban por construir en un Barrio de Salamanca, creado hacía tan solo unas décadas.

Su exterior es un gran bloque de mármol blanco concebido para sustentar una airosa cúpula forrada de cobre rojo, decorada con arquerías ojivales ciegas y rematada por una linterna coronada con las habituales bola y cruz.

En el cuerpo central, de planta octogonal como corresponde a un edificio funerario, se disponen cuatro vanos monumentales, a cuyos lados se levantan ocho torrecillas dobles decoradas con diseños geométricos, lo que contribuye a aligerar el macizo aspecto exterior, a la vez que ejercen la función de contrafuertes de la cúpula, en cuyo tambor se abren dieciséis ventanales de diseño similar a los anteriores, que proporcionan una gran luminosidad al interior del templo.

A los pies del edificio, junto a la entrada principal, se alza una esbelta torre de planta cuadrada con más 43 metros de altura, dividida en cuatro cuerpos, y unida por su base al cuerpo principal de la iglesia.

En el interior nos encontramos con una disposición poco frecuente , mezcla de planta central y cruz latina con brazos diferentes. En el ábside, de planta semicircular, acoge el altar mayor realizado en mármol blanco de Macaél e incrustaciones geométricas de varios colores, presidido por una imagen del Salvador de dos metros y medio de altura, y dos laterales, de un metro y treinta centímetros, representando a San Agustín y San José,  todas ellas en mármol de Carrara.

Fueron realizadas  por el escultor madrileño Ángel García Vázquez, colaborador, entre otros, de Ricardo Velázquez Bosco en el Palacio de Fomento y la Escuela de Minas, y de Antonio Palacios en el Palacio de Comunicaciones y en el Banco Español del Rio de la Plata.

En la bóveda, cubierta de coloristas mosaicos, se encuentra la figura sedente de Cristo, Señor del universo, bendiciendo y sosteniendo la bola del mundo en la mano derecha, acompañado de los doce apóstoles, identificados por su iconografía tradicional y separados por palmeras triunfales de frondosas hojas.

En el brazo derecho del templo, se encuentra la capilla funeraria del matrimonio fundador, D. Manuel Caviggioli y su esposa Dª. Benita Maurici, ambos de origen italiano y humilde, aunque nacidos en Barcelona, él en 1825, ella en 1819. Está presidida por un altar de mármol de Carrara dedicado a San Benito, cuya imagen se encuentra situada en la parte central, en el interior de un templete de líneas clásicas.

Sobre el ara se eleva una columna que sustenta un ángel funerario con las alas desplegadas de blancura deslumbrante, que destaca sobre un fondo de mosaico con estrellas. A ambos lados del altar se sitúan los sepulcros de los fundadores, él a la izquierda y ella a la derecha.

En el brazo izquierdo se encuentra la capilla de Santa Rita. Presenta planta pentagonal y está cubierta por una bóveda facetada adornada con mosaicos. En el altar central, igualmente de mármol de Carrara se sitúa la imagen de Santa Rita, obra igualmente de Ángel García Vázquez. En los dos pequeños altares laterales, se pueden ver dos tallas de Ntra. Sra. de la Consolación y de la Virgen del camino sobre el fondo de dos retablos formados por arcos góticos trilobulados en forma de nicho.

Por último, entre el ábside del altar mayor y la capilla funeraria se encuentra el púlpito realizado en mármol de Macael de varios colores. El tornavoz está coronado por el «Águila de Hipona» con las alas desplegadas, en alusión a San Agustín. Y a los pies del templo, sobre la entrada, se encuentra el órgano de la casa alemana «Walcker» de Stuttgart construido en 1910 y restaurado en 1977.

La cúpula está iluminada por los dieciséis ventanales apuntados y trilobulados que se abren en su base, lo que permite apreciar en todo su esplendor los magníficos mosaicos, en los que se aparecen representados dieciséis santos y beatos relacionados con San Agustín y la Orden.

Se sustenta sobre pechinas decoradas con mosaicos representando los símbolos de los evangelistas. Todos los mosaicos que decoran el edificio, fueron realizados por la firma parisina «Facchina et Cia.», y su coste ascendió a 130.000 ptas. de las de 1908.

En el tambor se puede leer el siguiente versículo del salmo 85:

«Omnes gentes quascumque fecisti venient et adorabunt coram te, Domine, et glorificabunt nomen tuum. Quoniam magnus es tu faciens mirabilia. Tu es Deus solus»

“Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor, bendecirán tu nombre. Grande eres tú, y haces maravillas, tu eres el único Dios”

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Sorprendente, colorista, distinta, hermosa… La iglesia de San Manuel y San Benito parece desubicada en el espacio y el tiempo. Y sin embargo ahí está, esperándonos frente al Retiro, tras su verja de hierro forjado, para regalarnos la vista y admirarnos con su belleza neobizantina, única en la Villa y Corte.

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